En la vida, nuestras decisiones diarias no solo están influenciadas por nuestras circunstancias inmediatas, sino también por nuestra forma de pensar sobre el mundo y las oportunidades que tenemos.
En psicología, se habla de dos tipos de mentalidades que pueden moldear cómo enfrentamos la vida y cómo gestionamos nuestros recursos: mentalidad de escasez o mentalidad de abundancia. Ambas son visiones del mundo que tienen un impacto directo en las decisiones que tomamos, tanto en el ámbito personal como profesional, y pueden marcar la diferencia entre el éxito y la frustración.
Mentalidad de escasez: el enfoque limitado
La mentalidad de escasez se basa en la creencia de que los recursos en la vida son limitados y que siempre hay más personas buscando lo mismo que tú. Las personas con esta mentalidad suelen ver la vida como una especie de competencia constante. Creen que el dinero, el tiempo, el amor y las oportunidades son limitados, lo que puede llevarlos a tomar decisiones que estén más centradas en evitar la pérdida que en buscar el crecimiento.
Este tipo de mentalidad genera sentimientos de ansiedad, frustración y envidia. Si percibimos que hay pocos recursos disponibles, tememos que otras personas nos quiten lo que «nos pertenece» o lo que «merecemos».
Un ejemplo claro de la mentalidad de escasez es el miedo a compartir conocimientos o habilidades. Si sientes que hay un número limitado de oportunidades laborales o de éxito, puedes volverte reacio a compartir tus ideas o colaborar con los demás por temor a que esto pueda reducir tus posibilidades de destacar. Este tipo de pensamiento, aunque comprensible en tiempos difíciles, limita el crecimiento y el bienestar.
Mentalidad de abundancia: el enfoque expansivo
Por otro lado, la mentalidad de abundancia se basa en la creencia de que los recursos, las oportunidades y el éxito están al alcance de todos y que siempre habrá más que suficiente para todos. Las personas con esta mentalidad ven el mundo como un lugar lleno de posibilidades. En lugar de temer la competencia o el fracaso, ven a otros como colaboradores potenciales en lugar de rivales.
Una de las principales características de la mentalidad de abundancia es la capacidad de ver las oportunidades incluso en tiempos de dificultad. Las personas con esta mentalidad tienen la confianza de que siempre pueden aprender, adaptarse y encontrar nuevas formas de prosperar, sin importar los obstáculos que puedan encontrar en su camino.
Un claro ejemplo de esta mentalidad se observa en la forma en que algunas personas abordan las colaboraciones. Aquellos con una mentalidad de abundancia no tienen miedo de compartir su conocimiento, de apoyar a otros en sus proyectos o de invertir en nuevas ideas.
¿Cuál domina tus decisiones?
Ahora bien, ¿cómo saber cuál de estas mentalidades está dominando tus decisiones? A continuación, te presentamos algunos puntos clave que te ayudarán a identificar tu enfoque:
Enfoque hacia el dinero y los recursos:
- Si tiendes a preocuparte constantemente por el dinero, pensando que nunca será suficiente, probablemente tengas una mentalidad de escasez. Esta mentalidad puede llevarte a tomar decisiones basadas en el miedo, como evitar inversiones o temer a gastar.
- Si, por el contrario, crees que el dinero puede fluir de diversas maneras y que siempre hay nuevas oportunidades para generar ingresos, es probable que tu mentalidad sea de abundancia.
Relaciones personales:
- Las personas con mentalidad de escasez tienden a ver las relaciones como un juego de suma cero: si alguien más gana, ellos pierden.
- Las personas con mentalidad de abundancia, en cambio, creen que el amor y la amistad no son limitados. Buscan rodearse de personas que les sumen y están dispuestas a dar tanto como reciben.
Manejo de los fracasos:
- Si sientes que el fracaso es algo que te define y que no hay muchas oportunidades para recuperarte, es probable que tengas una mentalidad de escasez. Las personas con esta mentalidad pueden sentirse derrotadas por los obstáculos y tener miedo a intentar de nuevo.
- Las personas con mentalidad de abundancia ven los fracasos como una oportunidad para aprender y crecer. Son capaces de ver cada tropiezo como una parte necesaria del camino hacia el éxito.
La forma en que tomas decisiones:
- Las decisiones tomadas desde la mentalidad de escasez suelen ser impulsadas por el miedo y la necesidad de control. Es probable que evites tomar riesgos y te aferrarte a lo que ya tienes, incluso si eso significa renunciar a nuevas oportunidades.
- Las decisiones tomadas desde la mentalidad de abundancia suelen estar orientadas hacia la expansión, el aprendizaje y la mejora. Estás dispuesto a tomar riesgos calculados y a aprender del proceso, confiando en que las oportunidades siempre estarán allí.
¡Cambia tu mentalidad!
Si descubres que tu mentalidad está más orientada a la escasez, es posible hacer un esfuerzo consciente para cambiarla.
Cambiar tu mentalidad no sucede de la noche a la mañana, pero con esfuerzo y enfoque, puedes aprender a ver el mundo desde una perspectiva de abundancia y, como resultado, tomar decisiones que te lleven más cerca de tus metas y sueños.