Una vida más plena y feliz es lo que todo el mundo busca, y lo hace a través de motivaciones, fuerza de voluntad o consejos, sin percatarse de la importancia de la neurociencia, que nos ofrece algo mucho más profundo y confiable.
Gracias a la neurociencia se puede entender el comportamiento del cerebro humano y cómo ciertas prácticas influyen en nuestros niveles de bienestar.
En ese sentido, implementar rutinas basadas en estos hallazgos no solo puede mejorar tu estado de ánimo, sino también aumentar tu productividad de forma sostenible. Para lograrlo, toma en cuenta los siguientes consejos:
- Busca la luz natural al despertar
Esta es una de las formas más efectivas para «reiniciar» el cerebro cada mañana. De acuerdo con el doctor Andrew Huberman, neurocientífico de la Universidad de Stanford, la luz natural activa las neuronas en el núcleo supraquiasmático, regulando tu ritmo circadiano. Con esto, además de mejorar tu energía por la mañana, también ayuda a que duermas mejor por la noche.
Para realizar este paso debes salir a caminar al aire libre durante unos 15 minutos de inmediato al despertar. Si se te complica salir de tu casa, abre las cortinas y ventanas para dejar entrar la luz natural.
- Activa tu cuerpo
Hacer ejercicio está científicamente comprobado que tiene un poderoso impacto en el cerebro, aunque se haga en pequeñas dosis. Estudios del Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos muestran que la actividad aeróbica estimula la producción de dopamina, serotonina y endorfinas, neurotransmisores ligados al placer, la motivación y la estabilidad emocional.
Además de eso, el ejercicio regular mejora la memoria y el enfoque al fortalecer el hipocampo, una región clave para el aprendizaje.
Si no eres fanático de los entrenamientos, basta con salir a caminar, trotar o bailar al menos 20 minutos diarios. Si pasas muy ocupado, subir escaleras o estiramientos breves constantes pueden ayudarte.
- Presta atención a lo que haces
Practicar el mindfulness no forma parte solo de una moda. Escaneos cerebrales han demostrado que meditar regularmente reduce la actividad de la amígdala prefrontal, que sirve para el autocontrol y la toma de decisiones.
Para el neurocientífico Richard Davidson, las personas que meditan constantemente presentan mayor resistencia emocional y bienestar subjetivo.
Si te animas a seguir este paso, prueba una meditación guiada de 5 a 10 minutos al despertar o antes de dormir. Haz una pausa consciente al día para respirar profundo y observar tu entorno sin juzgar.
- Reformula tus pensamientos
La neuroplasticidad, que es la capacidad del cerebro para reorganizarse, permite que los pensamientos repetitivos cambien estructuras neuronales.
Si repites pensamientos negativos, refuerzas circuitos de estrés; si practicas gratitud o pensamientos positivos, fortaleces redes cerebrales que favorecen el bienestar.
Estudios han demostrado que escribir tres veces cosas positivas cada día durante una semana tiene efectos positivos en el estado de ánimo, incluso en mes después.
Para hacerlo, lleva un diario de gratitud donde anotes al menos 3 cosas buenas al día. Practica la «reformulación cognitiva»: si algo te frustra, piensa “¿Qué puedo aprender de esto?”
- Implementa la regla 90/20
La técnica 90/20 ha sido respaldada por estudios de la Universidad de Toronto. Este método, que consiste en trabajar 90 minutos profundamente y descansar 20 después, se basa en que el cerebro no es infinito y se fatiga con tareas prolongadas, afectando el rendimiento y el ánimo. Este patrón aprovecha los ritmos ultradianos naturales del cuerpo.
Si te interesa aplicar esta técnica, programa tus tareas más exigentes del día en bloques de 90 minutos. Luego, usa los descansos para caminar, tomar agua o hacer respiraciones profundas.
- Duerme bien
Dormir bien es indispensable, y el desvelo es un error catástrofico. Estar dormido no significa estar perdiendo el tiempo; al contrario, es el momento en que el cerebro consolida memorias, elimina toxinas neuronales y regula hormonas el cortisol y la melatonina. Dormir menos de 7 horas por noche influye en la concentración, el ánimo y la salud mental a largo plazo.
Es importante que mantengas un horario regular para dormir y despertar. Sé estricto con el cumpliento de estos horarios. Puedes ayudar con apagar pantallas al menos 1 hora antes de acostarte, así como evitar cafeína o comidas pesadas que puedan influir negativamente en tu sueño.
- Fortalece las conexiones sociales
El cerebro cumple la función de conectar. Las interacciones positivas activan la liberación de oxitocina, la llamada “hormona del apego”, que reduce el estrés y mejora el ánimo.
La Universidad de Harvard ha realizado durante más de 80 años estudios que concluyen en que la calidad de las relaciones humanas es el principal predictor de una vida feliz.
En este sentido, anímate a la convivencia e interacción con otras personas. Llama o visita a un amigo, aunque sea por 10 minutos al día, o comparte algo positivo con alguien cercano. Ya sea un cumplido, una historia o una sonrisa, cada interacción, por muy pequeña que sea, cuenta.
El bienestar no es un accidente, es una práctica cerebral
El sentirse feliz y pleno no es una coincidencia, una actitud o un golpe de suerte. La neurociencia ha demostrado que nuestro cerebro responde a hábitos diarios que lo entrenan para funcionar mejor.
Lo mejor de todo es que puedes contribuir al buen desarrollo del cerebro para conseguir la vida completa que muchos desean.