En la era digital en la que vivimos, las pantallas se han convertido en parte esencial de nuestra vida diaria, sin embargo, la exposición prolongada a las pantallas ha suscitado preocupación sobre sus efectos en la salud ocular, específicamente en lo que se refiere a la fatiga en la visión y los daños a largo plazo.
Ante este panorama, han surgido diversas soluciones como el modo nocturno en los dispositivos y los lentes con filtro azul, pero, ¿realmente protegen nuestros ojos de los efectos negativos de las pantallas?
El impacto de las pantallas en la visión
Para comprender cómo las pantallas afectan nuestra visión, es importante considerar los tipos de luz que emiten. Los dispositivos electrónicos utilizan pantallas retroiluminadas que emiten luz azul, una longitud de onda que se encuentra en el espectro de la luz visible. Esta luz azul, también conocida como luz de alta energía visible (HEV, por sus siglas en inglés), se encuentra en una longitud de onda más corta que la luz roja o amarilla, lo que la hace más energizante pero, a su vez, más propensa a penetrar en el ojo y llegar hasta la retina.
El principal problema con la exposición prolongada a la luz azul es que, según algunos estudios, puede contribuir a la fatiga ocular digital. Este fenómeno, también conocido como síndrome de visión por computadora o «ojo seco digital», se caracteriza por síntomas como cansancio ocular, visión borrosa, irritación ocular y dolores de cabeza. Además, aunque la investigación aún está en curso, algunos expertos sugieren que la luz azul podría tener efectos negativos a largo plazo sobre la retina, lo que potencialmente podría aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades oculares como la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE).
¿Qué es el modo nocturno y cómo funciona?
El modo nocturno es una función que ofrecen muchos dispositivos electrónicos y que ajusta la temperatura de color de la pantalla, reduciendo la emisión de luz azul, especialmente en la noche. En lugar de mostrar pantallas con tonos blancos fríos, el modo nocturno cambia el color hacia tonos más cálidos, como el amarillo o el naranja. Este ajuste pretende disminuir la cantidad de luz azul que llega a los ojos y, por ende, mitigar los efectos negativos en la visión.
El modo nocturno se ha popularizado entre los usuarios que pasan largas horas frente a pantallas antes de dormir, ya que también se ha sugerido que la luz azul interfiere con la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño. Al reducir la emisión de luz azul, el modo nocturno podría ayudar a evitar la alteración del ciclo circadiano y promover un sueño más reparador.
Lentes con filtro azul: ¿realmente protegen a tus ojos de la luz de las pantallas?
Por otro lado, los lentes con filtro azul son otra solución que ha ganado popularidad en los últimos años. Estos lentes están diseñados específicamente para filtrar la luz azul de las pantallas electrónicas, bloqueando un porcentaje de esta luz antes de que llegue a los ojos. Los lentes con filtro azul están disponibles en diferentes formas, desde lentes con prescripción hasta lentes de sol, y se comercializan como una forma de prevenir la fatiga ocular y proteger la vista a largo plazo.
La eficacia de estos lentes ha sido objeto de debate entre los expertos. Algunos estudios indican que los lentes con filtro azul pueden ayudar a reducir los síntomas del ojo seco digital, como el cansancio ocular y la irritación. Esto se debe a que el filtro azul puede disminuir la cantidad de luz de alta energía que llega a los ojos, lo que puede resultar en una sensación de mayor comodidad al usar dispositivos electrónicos durante periodos prolongados.
Sin embargo, otros expertos señalan que los efectos protectores de estos lentes podrían ser limitados. Aunque los filtros pueden reducir la exposición a la luz azul, no eliminan por completo los efectos negativos de la exposición continua a las pantallas. Un estudio de la Universidad de Melbourne y otras instituciones concluyó que los lentes con filtro azul no reducen la fatiga ocular.
Además, la investigación aún no ha establecido de manera concluyente si el uso de lentes con filtro azul previene daños a largo plazo, como la degeneración macular, ya que la mayoría de los estudios disponibles no son lo suficientemente amplios o prolongados como para obtener resultados definitivos.
¿Son suficientes estas soluciones?
Si bien tanto el modo nocturno como los lentes con filtro azul pueden ofrecer alivio temporal y mejorar el confort visual, no son soluciones mágicas que resuelvan todos los problemas asociados con el uso excesivo de pantallas. Es importante recordar que la fatiga ocular digital y los posibles efectos a largo plazo de la exposición a la luz azul no dependen solo de la cantidad de luz azul a la que estamos expuestos, sino también de otros factores, como la postura, la iluminación ambiental y la frecuencia con la que parpadeamos.
La mejor manera de proteger la salud ocular es adoptar una serie de prácticas saludables, como la regla 20-20-20: cada 20 minutos, mirar algo a 20 pies de distancia durante al menos 20 segundos. Además, es recomendable tomar descansos regulares de las pantallas, ajustar el brillo y el contraste de los dispositivos para que coincidan con las condiciones de iluminación ambiental, y mantener una distancia adecuada entre los ojos y las pantallas.
En conclusión, tanto el modo nocturno como los lentes con filtro azul pueden ser útiles para reducir la fatiga ocular y mejorar la comodidad visual al usar dispositivos electrónicos, especialmente en situaciones de exposición prolongada. Sin embargo, no deben considerarse como una solución definitiva para los posibles efectos a largo plazo de la luz azul. La clave para proteger la salud ocular radica en adoptar hábitos saludables, como realizar pausas frecuentes, ajustar la iluminación y realizar ejercicios oculares, lo que puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar problemas visuales relacionados con el uso excesivo de pantallas.
