Las 10 teorías conspirativas que la ciencia destruyó

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Década tras década se ha encontrado teorías conspirativas que prometen verdades ocultas, secretos oscuros y revelaciones sorprendentes que «poderosos no quieren que sepas».

Algunas de ellas resultan ser tan absurdas y otras suenan tan bien hiladas que han logrado convencer a millones de personas alrededor del mundo.

Por muchos años, las teorías conspirativas se han mantenido presentes, llegando a confundir a muchos. Sin embargo, el avance en tecnología y ciencia ha permitido ir desmintiendo muchas teorías que por muchos años engañaron a las personas.

A continuación, compartimos las 10 teorías conspirativas populares que la ciencia ha desmentido.

  1. La tierra es plana

La creencia de que la Tierra no es una esfera, sino un disco plano, se mantuvo presente por muchas décadas. Según las versiones, la NASA y otras instituciones científicas conspiraban para ocultar la verdad por alguna razón macabra.

No obstante, con el paso del tiempo se ha ido comprobando la esfericidad de la Tierra, gracias a observaciones astronómicas y físicas. En la actualidad, imágenes satelitales, vuelos intercontinentales, la sombra terrestre de los eclipses y la visibilidad desde grandes alturas han confirmado que la Tierra es redonda.

Asimismo, se han realizado experimeintos como el de Eratóstenes, del siglo III a.C., donde medían la circunferencia terrestre con bastante precisión usando solo sombras y trigonometría.

  1. El hombre no llegó a la Luna

Luego que se informara sobre la llegada de Apolo 11 a la Luna en 1969, muchas teorías conspirativas apuntaban a que eso nunca se llevó a cabo, tratándose de un montaje firmado en un estudio, dirigido (según algunos) por Stanley Kubrick.

Aunque esta teoría tomó mucha fuerza, se ha logrado confirmar que realmente el hombre llegó a la Luna.

¿Cómo se desmintió? La misión del estadounidense dejó espejos retrorreflectores en la superficie lunar que todavía se utilizan para medir la distancia Tierra-Luna con láser.

Además, muchos científicos participaron en las misiones, por lo que sostener una conspiración de esa magnitud durante décadas sin filtraciones es casi imposible.

Las pruebas físicas, como las grabaciones originales, las muestras de rocas lunares y los rastros radiales del lanzamiento, refuerzan la autenticidad.

  1. Las vacunas causan autismo

Por mucho tiempo se creyó que las vacunas infantiles, especialmente la triple viral, provocaban autismo. Sin embargo, se logró evidenciar que esta hipótesis surgió de un estudio fraudulento realizado por Andre Wakefield en 1998. Años después de comprobarse esa teoría, Wakefield perdió su licencia por manipular datos.

En 2019, esta teoría terminó de desmentirse luego de un estudio e la Cohorte Danesa, que analizó a más de 650 mil niños. El estudio concluyó que no existe evidencia alguna de un vínculo entre las vacunas y el autismo.

  1. El cambio climático no existe

Otra de las teorías conspirativas más populares es que el calentamiento global no existe y solo se trata de un engaño promovido por científicos o gobiernos para controlar a la humanidad.

No obstante, estudios revisados por pares que documentan cambios de temperaturas, aumento del nivel del mar y eventos climáticos extremos respaldan la existencia del cambio climático. Organismos como la NASA, la NOAA y el IPCC han presentado pruebas contundentes.

Además, el CO₂ y otros gases de efecto invernadero tienen un impacto medible y comprobable sobre el clima, con modelos predictivos que se han cumplido con precisión.

  1. El 5G propaga enfermedades

Las teorías conspirativas sostienen que la tecnología celular 5G ayuda a transmitir enfermedades como el coronavirus. Esta versión surgió luego de que se compartieran en las redes sociales videos que muestran la quema de torres de telefonía en Birmingham y Merseyside (en el centro y noroeste del país, respectivamente), junto con mensajes que vinculan a esta tecnología con el covid-19.

Sin embargo, las ondas de radiofrecuencia del 5G no son ionizantes, lo que significa que no tienen suficiente energía para dañar el ADN ni causar enfermedades. La OMS y otras agencias de salud han revisado cientos de estudios sin hallar efectos adversos.

Respecto al COVID-19, los virus no viajan por ondas electromagnéticas, por lo que dicha afirmación carece de base científica.

  1. Los chemtrails controlan el clima o la mente

Para algunas personas, los chemtrails (estela química en español) forman parte de un plan secreto que busca modificar el clima, provocar enfermedades, controlar la natalidad o directamente acabar con la humanidad.

Pero, los “chemtrails” son simplemente condensación de vapor de agua que se forma al mezclarse el aire caliente de los motores con el aire frío de gran altitud. Este fenómeno está bien documentado por la física atmosférica.

  1. El virus del VIH fue creado en un laboratorio

Con la preocupante propagación del VIH en los años 80, comenzaron a salir diversas teorías conspirativas, entre ellas que se creó en un laboratorio por el gobierno de los Estados Unidos para debilitar a ciertos grupos de personas, como las comunidades homosexuales o a los africanos.

Sin embargo, el origen natural del VIH está respaldado por diversos estudios científicos. Según informes, se trata de un virus originado en primates africanos. De hecho, la evidencia genética muestra que es muy similar a un virus que infecta a los chimpancés, por lo que se trataría de una enfermedad infecciosa que ha pasado de animales a humanos.

  1. Bill Gates quiere implantar microchips con las vacunas

Con la presencia de nuevas enfermedades, surgen nuevas teorías conspirativas. El Covid-19 abrió paso a muchas hipótesis que buscan dar razón del virus alejado de la información que se nos ha brindado.

Entre las teorías conspirativas se encuentra la intención del empresario Bill Gates para implantar en la gente microchips rastreables. No obstante, no hay tal vacuna con «microchip» y no hay evidencia que apoye las denuncias de que Bill Gates esté planeando hacer esto en el futuro.

Esta afirmación surgió de una mala interpretación de un proyecto de identificación digital (ID2020), que nunca involucró microchips inyectables ni vacunas.

Técnicamente, no existen microchips lo suficientemente pequeños como para ser implantados vía aguja de vacuna sin ser detectados.

  1. El HAARP controla el clima o causa terremotos

Circuló en redes sociales publicaciones que afirman que en el Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia (HAARP, por sus siglas en inglés) funciona un aparato sorprendente que tiene la capacidad de modificar el clima.

Pero, esto es falto y se ha confirmado. La HAARP estudia la ionosfera, una capa superior de la atmósfera, mediante ondas de radio de alta frecuencia. No tiene ni el alcance ni la potencia necesaria para alterar el clima global ni provocar terremotos.

Investigadores han analizado sus actividades y han confirmado que el proyecto no tiene aplicaciones militares ni de control climático.

  1. Los Illuminati dominan el mundo en secreto

Durante décadas, se ha creído en la existencia de una élite secreta conocida como “los Illuminati”, la cual controla gobiernos, economía, medios y cultura global.

Sin embargo, aunque existió una orden Illuminati en el siglo XVIII en Baviera, fue disuelta en pocos años. La idea moderna forma parte de una fusión de mitos, ficción y paranoia, amplificada por la cultura pop.

Los investigadores que han analizado documentos históricos y redes de poder reales concluyen que no hay evidencia de una organización global secreta con ese nivel de control absoluto.

Las teorías conspirativas se alimentan de la desconfianza, malentendidos científicos y la necesidad de encontrar un “enemigo oculto”. Sin embargo, la ciencia ha podido ofrecer herramientas para desmontarlas. Y tú, ¿qué opinas de estas y otras teorías conspirativas?

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