¿Alguna vez te imaginaste tener internet desde una lámpara? Suena a cosa del futuro, de esas que uno piensa que solo existen en películas de ciencia ficción. Pero resulta que no. Ya existe una tecnología que hace eso posible y se llama LiFi. Sí, con “L” de “luz”. Y aunque aún está lejos de estar en todos los hogares, lo cierto es que está avanzando a pasos grandes y podría cambiar por completo la forma en que nos conectamos.
Puede que nunca hayas oído hablar del LiFi, pero no estás solo. Todavía no es una palabra común como “WiFi”, aunque si todo va como se espera, no faltará mucho para que la veamos en empaques de dispositivos, contratos de internet o en los manuales de usuario de nuestros celulares.
Ahora bien, ¿qué tiene de especial esta tecnología? ¿Por qué algunos expertos dicen que podría reemplazar al WiFi? Y sobre todo, ¿qué significa esto para nosotros, los que solo queremos que el internet funcione sin darnos dolores de cabeza?
¿Qué es LiFi?
El nombre viene de Light Fidelity, o fidelidad de luz. A diferencia del WiFi, que transmite datos por ondas de radio, el LiFi lo hace a través de luz visible. Sí, la misma luz que sale de una bombilla LED puede enviarte datos a la computadora o al celular. No es magia. Es ciencia. Pero de la buena.
En palabras más simples, esa lámpara del techo, si tiene la tecnología adecuada, puede enviarte internet. Solo tiene que parpadear a una velocidad tan rápida que ni siquiera te das cuenta. Tu ojo no lo nota, pero un pequeño receptor sí, y ese receptor lo convierte en datos. Así de loco y de real.
Su potencia
El LiFi es más rápido, más seguro y más eficiente que el WiFi en muchas situaciones.
Por ejemplo, en pruebas de laboratorio, se han logrado velocidades que dejan al WiFi en ridículo: hablamos de cientos de gigabits por segundo. En la práctica, claro, todavía no se alcanzan esas cifras en casas o empresas, pero lo que ya se puede lograr es suficiente para ver películas en 4K, trabajar con archivos pesados o tener videollamadas sin que se congele la imagen justo cuando hablas.
Además, como la luz no atraviesa paredes, nadie puede robarte el internet desde la otra habitación o desde afuera de tu casa, lo que es una bendición si vives en un edificio o si te preocupa la seguridad.
Asimismo, no genera interferencias. Eso es muy importante en lugares como hospitales, aviones o fábricas, donde las ondas de radio a veces pueden ser un problema.
¿Todo es tan perfecto?
No todo es perfecto. Si apagas la luz, se apaga el internet. Así que si eres de los que trabaja en la oscuridad, puede que no te convenza. Aunque, en realidad, el LiFi no necesita que la luz sea intensa. Puede funcionar con luces tenues, y ya se están desarrollando sistemas que usan luz infrarroja (que no se ve) para mantener la conexión incluso cuando no hay luz visible.
Otro punto en contra es que no atraviesa paredes, así que necesitarías un emisor LiFi en cada habitación. Algo que puede ser costoso al principio, pero que, como todo, irá bajando de precio con el tiempo si se vuelve más común.
Y por último, hoy por hoy la mayoría de los celulares y laptops no tienen receptor LiFi incorporado, aunque ya existen adaptadores externos y algunos fabricantes están trabajando en integrarlos en los próximos modelos.
¿Dónde ya se está usando?
Aunque no lo veamos en las tiendas todavía, el LiFi ya está en marcha. En Francia, por ejemplo, lo están usando en algunas escuelas. En Corea del Sur, lo están probando en aeropuertos. El ejército de Estados Unidos también ha mostrado interés, porque la luz, al no traspasar muros, es perfecta para mantener comunicaciones seguras.
Y en 2023, una empresa presentó el primer celular con LiFi incorporado. O sea, esto ya dejó de ser teoría. Está pasando.
Entonces, ¿va a reemplazar al WiFi?
No necesariamente. O al menos, no todavía. Lo más probable es que ambos convivan. Que uses WiFi en algunos momentos y LiFi en otros, dependiendo del lugar, del tipo de conexión que necesites o de si estás en una oficina, en casa o en un hospital.
Piensa en cómo usamos ahora los datos móviles y el WiFi. Hay quienes usan ambas cosas todo el día, sin siquiera darse cuenta de cuándo cambia la conexión. Lo mismo podría pasar con el LiFi.
¿Qué significa todo esto para nosotros?
Bueno, si algo nos ha enseñado la historia reciente, es que las tecnologías que parecen raras o lejanas un día terminan siendo parte de nuestra vida diaria. Así como pasó con los teléfonos inteligentes, los códigos QR o incluso el mismo WiFi, que hace veinte años sonaba extraño y ahora es tan normal como abrir la nevera.
El LiFi todavía tiene camino por recorrer, pero está caminando rápido. Y si llega a masificarse, podría cambiar la forma en la que se diseña el internet en casas, escuelas, oficinas y ciudades enteras.
